martes, 12 de junio de 2007

En automático

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Es interesante que las distancias en esta ciudad (el defectuoso, la capirucha o como guste la banda llamarla) se midan en tiempo y no en distancias. Estamos separados por minutos de distancia.

Por un lado esta sabroso, pues hasta hace unos meses el camino en camión al trabajo representaba para mi uno de los placeres más grandes del tercer milenio: quince minutos más de sueño. No hay sensación más grande que subir al transporte colectivo y descubrir que hay un lugar disponible para sentarse y si tiene ventana, uuutttttsssssssssssss.

Digo hasta hace unos meses porque hace poco que herede el chevy (color azul –verdoso) de mi madre, cuyo nombre aún desconozco porque no me convence la idea de ponerle nombre a las cosas. A cambio de los minutos de sueño, tengo minutos de ocio en el tráfico. Ahí he descubierto el método de investigación social del futuro. Observar el comportamiento de los individuos dentro de su auto.

Normalmente el camino entre un punto y otro es en realidad tiempo muerto, tiempo en que funcionamos “en automático”, sobre todo cuando viajamos solos. Solo entonces la gente actúa natural y sin pretensiones: baila, canta, se saca el moco, come, fuma, reflexiona, mira por la ventana, habla sola o hasta platica con los muñecos de plástico que se usan para pretender viajar acompañados.

Como dice mi jefa, la Dra. Alma Delia, “si pudiéramos revisar” [algo que nadie hará en realidad] la expresión en el rostro de quienes viajan en sus autos encontraríamos en muchos de los casos, al verdadero yo (o él o ella).

Pero yo trataré de no hacerlo más. Que tal si choco y no quiero lastimar a ... ¿cómo le pongo al mi carro?

lunes, 4 de junio de 2007

La sociedad re-teledirigida

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Para aquellos que todavía aspiramos a trabajar en los medios (sí todavía, aunque sabemos que las chambas están en el marketing [antes mercadotecnia] y las relaciones públicas) es común opinar sobre los formatos, las propuestas y los contenidos que en general que nos ofrece la televisión nacional.

Normalmente lo hacemos de manera crítica pero casi siempre olvidamos la parte estructural, la técnica, la legal porque ahí sí, “no es nuestro terreno”, pero sí lo es.

Ahí esta el cierre de RCTV en Venezuela que tiene tan preocupada a la opinión pública mexicana que siempre concluye apresuradamente “Ese Chávez esta loco, es un pinche dictador el wey”. Bueno ¿y luego? Seamos un poco más reflexivos.

Se dice –y se dice bien- que don Hugo tiene todos los elementos que conforman a un dictador latinoamericano: es carismático, golpista, radical, ex – militar, exacerbado, se intromete en la política exterior de otros países (casi como George Bush) y lo que a muchos les asusta más… es socialista (ÑACA ÑACA). Pero centrémonos en el tema de RCTV. Chávez no renovo su concesión de 53 años.

La mayoría de las ONG´s como Reporteros sin Fronteras o Human Rights Watch han condenado el cierre de la cadena y existe una preocupación porque el gobierno chavista monopolice los medios de comunicación en Venezuela, cosa que no es necesaria, el miedo basta para provocar la autocensura del resto de las emisiones privadas.

Sin duda, esto a despertado las más severas criticas alrededor del mundo, incluida la televsión mexicana, pero ¿y la dictadura compartida que tenemos acá en México?... Televisa y Azteca.

Ambas cadenas controlan el 95% de las frecuencias o canales a nivel nacional y son los principales interesados en que no se mueva ni una coma en la actual reforma aprobada durante la administración de Chente Fox. ¿Por qué?

Entre otras cosas porque al hacer la transición de análogo a digital se reduce la cantidad de espectro electromagnético utilizado actualmente y éste puede ser servir para telefonía celular o Internet. Es más, con el espacio sobrante se tendría, tan sólo en el DF, 20 canales más de los que existen actualmente. A toda madre ¿no?

Pero, ¿quién quiere competencia o compartir lo que ya es suyo? La actual reforma ha sido calificada como inconstitucional y se revisa ahora en las cortes.

A ellos les urge que sus concesiones se mantengan por otros 20 años, para seguir explotando el espectro público con contenidos francamente mediocres que [nos] enajenan a la población. Por eso es importante presentar al presidente Chávez como el peor de los demonios, hacer la analogía (injustificada) del caso con México y es asi como siempre veremos una versión tendenciosa del caso RCTV.

Paradójicamente (raro en este país) las emisoras públicas -Canal Once, canal 22, IMER- tienen contenidos de mayor calidad que las privadas (que sólo responden a intereses económicos, o sea raiting) y son mucho más plurales, más alternativos y más culturales.

Podemos apoyar o no el cierre de RCTV, lo importante aquí es entender que el espectro electromagnético por donde viajan las señales de radio y TV le pertenece a los pueblos y debe servir para su desarrollo. Por ello no debe haber monopolios, ni estatales ni privados.

Dicho sea de paso mientras siga el duopolio televisivo nuestras opciones de trabajo se reducen. Por eso la opción es: el marketing y las relaciones públicas…. Chaaaaaaaaaaaaaale.