lunes, 18 de febrero de 2008

Fumar era un placer, genial, sensual


El pasado 14 de febrero recibí un montón de dulces en una caja con forma de cajetilla Marlboro que al costado decía: Dejar de fumar reduce importantes riesgos para tu salud. Por lo que este producto no contiene tabaco, nicotina, alquitrán, vamos ni siquiera hojas de lechuga.

Recibir dulces en una cajetilla de cigarros a casi quince días que deje de fumar lo pone a uno a pensar sobre las implicaciones del tabaco, no sólo a nivel salud que ya bastante se ha difundido sobre sus efectos nocivos, sino a nivel económico o social. Un excelente ejemplo es la cinta Thank you for smoking (Jason Reitman, 2006) donde se plantea de manera irónica la lucha mediática de las grandes compañías tabacaleras contra la satanización al consumo del tabaco impulsadas por algunos sectores conservadores en aquel país, donde el consumidor final nunca es un fin, siempre es un medio.

La tendencia para reducir el consumo de tabaco es global –como toda la filosofía verde– y en ciudades como Nueva York, París, Roma o Buenos Aires ya se ha legislado para prohibir fumar en lugares cerrados. Desde el enero pasado en la Ciudad de México han comenzado a destabaquearse algunos restaurantes, bares, hoteles que no cumplen con la norma de separación de áreas.

Primero salieron de circulación comerciales de cigarros en televisión, después fueron borrados de las caricaturas de Disney retroactivamente y ahora todo indica que eso de “fumar es un placer, genial, sensual” de Gardel ya no va más y los John Wayne en el cine están destinados a desaparecer.

Los nostálgicos argumentan que esta ley atenta contra la bohemia y la libertad en sí misma; para otros, el espíritu de esta ley se entiende como un derecho conquistado por los futuros ex-fumadores pasivos. ¿debemos estar dispuestos al cambio a pesar de nosotros mismos y nuestra libertad de llenarnos de humo los pulmones?, ¿y los que no fuman que se aguanten? No lo sé, a mi me parece que empezaremos por hacer más fiestas caseras y terminaremos fumando menos de cualquier forma, lo cuál esta bien.

Para terminar y a manera de homenaje pre-mortum le hize una foto a una publicidad destinada a desaparecer, los cerillos de restaurantes, bares y hoteles. Mi souvenir favorito.

viernes, 1 de febrero de 2008

El condensador de flujos

Interesante fue navegar por la blogósfera a principio de este año, cuando el mes post-vacacional de enero estaba plagado de recuentos sobre lo mejor y lo peor de dos mil siete, algunos valientes anunciaban sus propósitos e intenciones para el año nuevo y la mayoría aprovechó que las cortinas se abrieron y cerraron para renovar baterías.

Con febrero no sucede lo mismo, el entusiasmo de iniciar un nuevo ciclo terminó hace tiempo y volvimos a ser arrastrados por la fuerza de lo cotidiano y lo normal. Los “dejar de fumar”, “disculparme con”, “viajar a” han sido sustituidos por “apagones en la ciudad”, “super bowl”, “nuevos amores” o “Carmen Aristegui”. No sólo es natural que así suceda, es bueno.

Si bien es cierto que los que nos “distingue” de los animales es la capacidad de proyectar a futuro a partir de la revisión del pasado, tenemos dificultad para vivir y disfrutar el ahora.

Algunos aseguran que nuestra generación vive solo para el aquí y ahora, pero realmente nos educaron para vivir con una ansiedad anticipada, con la creencia de que el futuro será mejor, que el progreso viene de frente, de la misma forma que el ipod touch es mejor que el ipod photo.

Vivimos demasiado pensando en el futuro, sin disfrutar el presente, incluso en los momentos donde disfrutar el ahora no puede ser más sencillo –como un concierto– andamos sacando la camarita del celular para después vivirlo de nuevo. Estamos añorando el pasado que ya fue e imaginando un futuro que todavía no es.

No es que no tengamos que proyectar a futuro, hacer planes o forjarnos metas, el problema es esperar que el futuro llegue de repente sin pasar por el ahora. Creo que estaría bien apreciar un poco más el momento, comprometerse con él y hacer más fotografías mentales. Lo dice alguien que se gana la vida capturando momentos para el después.

P.D. He decidido dejar de fumar por el mes de febrero, ni modo que me comprometa para siempre… que tal si no puedo. Otro problemita de los de ahora.