Al terminar la carrera de lo único que se puede estar seguro es de que ya no existen más las vacaciones de verano. Para algunos, la frustración aumenta cuando aquellos amigos que por alguna razón no terminan por terminar su carrera y siguen gozando del verano como premio a su lentitud. Sí, les tengo envidia. Por suerte ahora tengo seis días de vacaciones al año y la satisfacción de saber que al menos yo me pago mis propios viajes... olvidenlo.
Pero bien valió la pena agotar un día vacacional para viajar a Guanajuato, cuna de la independencia y sede del festival de cine Expresión en corto, al que tantas ganas tenía de ir.
Si usted viaja a esa bella ciudad del bajío desde el sur de la ciudad de México, se recomienda hacer escala en Drive Thru del Mc Donalds de períferico para el tráfico de salida y llevar cambio para los baños de las casetas por aquello de la coca cola.
Una vez allá, es obligado vistar el callejón del beso, el pípila, las momias, y las pizzas de $12 la rebanada + vasito de coca en la plaza de la paz, con Moctezuma Revange incluído.
Ya en el festival acudimos a la conferencia de Tim Burton que contestó amablemente al tedioso cuestionario (no entrevista) que le hacían; la muestra de ficción internacional; la función de madrugada en el panteón de la ciudad; Lawrence de Arabia en el teatro principal (que seguiría viendo si aún si me hubiese quedado); y mi momento favorito: función homenaje a Roberto Gavaldón en las escalinatas de la universidad.
Y si de souvenirs se trata, más allá de las charamuscas y los dulces de coco, nada como la playera del Santo vs las momias.
Hasta el próximo verano.