martes, 8 de mayo de 2007

Enfermo (publicado el 16 noviembre de 2006)

Todo eso de las mágicas lunas de octubre y los bellos otoños de noviembre son una tomada de pelo, aquí en la Ciudad de México (lo aclaro en el supuesto que alguien de fuera se tome la molestia de leer estas líneas) el clima es un desmadre: soles atosigantes, sombras heladas y lluvias esporádicas.

Evite la gripe lo más que pude desde la madrugada del 2 de noviembre en Janitzio, Michoacán cuando nos abrimos paso entre veladoras y borrachos y que al final un caldo de pescado bastó para subsanar.

Sobre el viaje

Para los que no estén familiarizados con lo que es Janitzio (como yo no lo estaba) resulta que Janitzio es pueblito erigido sobre una isla ubicada en el lago de Pátzcuaro, estado de Michoacán, donde la celebración de Día de Muertos se hace de manera muy particular ya desde tiempos prehispánicos y se ha mantenido hasta ahora (con rasgos cristianos) por los indios purepechas de la región.

Cuenta la leyenda que la noche del primero al dos de noviembre en el panteón de Janitzio surge la sombra de la princesa Mintzita y el príncipe Itzihuapa que aunque estaban enamorados nunca pudieron consumar su amor por la llegada de los conquistadores españoles y es en esta noche cuando sus almas se encuentran para susurrarse caricias. Me imagino que de ahí surge el guión que da vida a la película también llamada Janitzio, dirigida en 1934 por Carlos Navarro y estelarizada por Emilio Fernández (una vaca sagrada del cine nacional) que justamente pasaron el martes en la tarde en canal 22. Chido one.

Tengo que admitir que a juzgar de todos los que estuvimos ahí esa noche (con excepción de ray y kiara que lo planearon un año desde europa y se quedaron dormidos esa noche) fue un poco decepcionante. Yo entiendo que se trata de una celebración, nosotros también llevamos chupe, pero la borrachera que ahí presenciamos fue una falta de respeto total. Gritos y carcajadas junto a las ofrendas y a los que velaban a sus muertos no esta chido. Bueno ni nos acabamos el tequila que llevamos para el frío nomás por la vergüenza.

Por otro lado Páztcuaro estuvo re bonito: la gente amable, la birria, helenita la del mercado, las fotos, la charanda, el bar llamado el sótano. Pero lo mejor estaba por venir cuando nos fuimos a playa azul. Sólo decir que nuestro viaje anduvo muy internacional con la compañía en un primer momento de Paula, de Guatemala; más tarde Lucas, de Polonia y la enojonsísima Carmen, desde Galicia.

Vuelvo a la enfermedad

Como explicaba en un primer momento este clima de mierda nos esta matando a todos, ya lo decía ayer una vieja en el programa de López Doriga que en Europa se puede andar sin abrigo a estas alturas del año y que el calentamiento global nos va a llevar a la chingada a todos. El caso es que llevo dos días encerrado aquí en mi cuarto, sin ganas siquiera de estar frente a la computadora, ni leyendo, ni viendo la tele. Si acaso cerrar los ojos y escuchar las últimas cosas que me gustan: el podcast de Olallo, el de frecuencia, el de Rulo; y bandas como sigur ros, el ultimo de los killers, hello seahorse (escúchenlos son de mexico) y zoé y los demás. JUAAAAAAAAAA.

Las fotos proximamente...(ya se esto de la escaneada, pero ya tengo mi reflex digital. EEEEEEEEEEHHH!!)

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